El cristal de tus pupilas
refleja el fuego del falo
que se acerca hasta tu rostro
deseoso y palpitando.
refleja el fuego del falo
que se acerca hasta tu rostro
deseoso y palpitando.
Tu boca tan anhelante
toma su extremo inflamado
toma su extremo inflamado
y lo abrazan lentamente
tus carnosos dulces labios.
tus carnosos dulces labios.
Ayudada por tus dedos
devoras con hambre el tallo
que renace de mi vientre,
lo recoges con tus manos,
lo degustas suavemente
y pretendes custodiarlo
-ya firme y desafiante-
en tus recintos sagrados,
pues mi sexo es tu alimento
No hay comentarios:
Publicar un comentario